Hace cuarenta años, en 1983, el nuestro pueblo dio un paso valiente hacia la recuperación de su democracia. En ese momento crucial, el país emergió de años de oscuridad y turbulencia para abrazar un futuro de esperanza.
Y fue el día en el que entró en el bronce una figura que nos debe enorgullecer profundamente como radicales: Raúl Alfonsín. Un hombre de principios y convicciones, que se convirtió en el símbolo de esta nueva etapa en la historia argentina. Que enfrentó años de sosobra en el gobierno y logró dejarnos un legado invaluable, que hoy cumple 40 años: Democracia.
En este 40 aniversario de aquella victoria, sigamos construyendo un país en el que los derechos y las libertades de todos sean respetados, y en el que el pueblo argentino siga siendo el verdadero motor de su destino.